En esta imagen
vemos perfectamente esa interpretación
símbólica de lo lunar (adúr) y lo solar indar separados por esa línea
que separa los dos planos el inferior más terrestre o acuático y lunar y arriba
el de la realidad manifestada donde vemos el animal preferido de la Diosa Mari el Aker
(Macho cabrio) solar que representa lo fálico de Mari. Arriba a la izquierda
debajo de los cuartos traseros aparecen unos lascados distintos a la línea que
delimita el plano lateral izquierdo. Esos
pequeños lascados en dirección al centro del Arco Iris son esos
dos símbolos que el hermeneuta ya habia descubierto: el cuerno y el falo pegado
a él.
Esa línea divisoria de la manifestación sube
señalando el cuello hacia el lado derecho para encontrarse con la cabeza del
Aker situada en su extremo lateral derecho.. El lascado de ese borde
lateral encima de la cabeza
representa los cuernos del Aker. La
potencialidad telúrica se señala apagada y acuatica lo mismo que otros pequeños
signos. El encuentro con la belleza característica del arte y la cultura paleolítica queda representada en
alianza y unidad con la naturaleza y los
seres míticos que la habitan.
El símbolo del arco iris muestra
al hombre la verdad estética de la
naturaleza de su deslumbrante y grandiosa belleza la misma que hay en la gracia
infantil en esa lúdica conciencia infantil integradora.
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