ATLANTE


Adorno describe al arte como historiador inconsciente de su época mientras Eliade ve el mito de la atlàntida como historia relevante de la prehistoria.  Nombrar Atlante a la representación de este cráneo de unos 25.000 años (Fig.5) es identificarlo en la historia relevante de los grandes creadores  para tratar de leer esa historia que nos cuenta su representación. El hombre prehistórico, en sociedad  con la naturaleza y su verdad, lleno de asombro ante su belleza, en plenitud de conciencia infantil ha desarrollado el gran potencial de sus niveles vital y afectivo para despertar en el  nivel mental, tratando de expresar, como buen artista, sus experiencias  esenciales mediante esta representación de lo mental que es el cráneo. Dilthey llama interpretación al comprender artístico /técnico de las manifestaciones de la vida fijadas de un modo permanente (GW VII 217) .
figura 5

El artista trata de responder a esa extraordinaria llegada a la mente a lo superior de la mente creadora tratando de que sea las propia naturaleza accidental de la piedra la que exprese y de sentido a la representación. Copia la estética de la naturaleza como sugiere Kant, expresando ese lenguaje simbólico de sus formas naturales, como pueden ser  corticales,  geodas, etc. que se integran como referente estético y son la causa de la representación Lo verificamos viendo esa cara oculta no visible y soporte  del bulto redondo totalmente  lisa, sin esas formas visibles y accidentales símbolos fundamentales de la representación. Sin embargo esta cara soporte sí posee equilibrio y armonía base de una mente estable y bien centrada. Este armonioso trabajo de lascado de la cara no visible converge en un punto  central sobresaliente situado en la mitad de su anchura que suma 11cm. y mitad asimismo de su largura que suma 22 cms. una perfecta simetría de la base sobre ese punto soporte de equilibrio y tensiones. Habiendo podido prescindir de efectuar tan perfecta simetría en esta base soporte no visible no eluden la  dificultad de talla de tan grandes lascados preservando desde su base un  orden simbólico y un equilibrio perfectos que es la demostración más irrefutable y evidente de su autenticidad además de resaltar la elección previa de esas formas casuales elegidas como el tríptico o la geoda trasera tan cargadas de simbolismo.

La filosofía moderna reflexiona sobre el hombre como ser en el mundo en una común relación de concordancia con  el ser en el lenguaje.  La mano derecha, la mano dominante más hábil y posesiva para su apropiación de mundo, se conexionará más con el hemisferio izquierdo  donde están las zonas más específicas del lenguaje. Ese lado izquierdo (Fig.6) representa la interacción más activa y consciente con el mundo. Aquí se manifiesta ese mundo humano en forma de tríptico enmarcando en su interior la cortical fiel reflejo de una naturaleza interiorizada y convivida como alianza sagrada de sociedad.  Este tríptico que vemos aquí en formas irregulares(Fig.6) tiene el mismo sentido de sacralidad y transcendencia que los trípticos  del arte religioso medieval y se complementa con ese plano superior de  dos caras formando un arco semicircular que define  ese lado izquierdo del cráneo semejando la bóveda celeste. Los mismos agujeros  en la cortical son muestra de esa apertura mental de la conciencia a lo superior
figura 6

     El cráneo sobresale por ser  lo más alto del hombre como un reflejo ascendente de ese fondo cóncavo del cielo. Ahí arriba en el lado derecho en esa estancia superior del cráneo, descubrimos a Urano en ese par fundamental del fuego y el agua como primer Dios celeste preindoeuropeo. Urano- vascofonía de ur agua y de an: allí, el sol, cuando este ni se nombra, se señala.

      Esos símbolos esenciales del sol y el agua no se pueden dejar de señalar sobre todo en el hemisferio derecho del cerebro lado del inconsciente donde aparecen zonas más claras y vidriosas así como algunas líneas formando franjas onduladas en representación del agua; el amarillo símbolo solar  lo vemos presente en toda la pieza incluso en este lado derecho con  zonas negras más quemadas a  causa del uso del fuego, seguramente para su calentamiento como técnica facilitadora del lascado pero dado a su vez  como símbolo fortuito manifiesto al servicio de representación. Seguramente este calentamiento provocó una grieta en el centro y hubiera roto en pedazos el nódulo de sílex - sino hubieran elegido este núcleo de sílex específico  por causa de un material distinto formado por un magma de gránulos amalgamados que, como auténtica soldadura autógena, da a la pieza una solidez y unidad  indestructible. 
figura 7

En este cráneo, cavidad del cerebro, el artista encuentra la respuesta a su llegada la mente y a la pregunta sobre la extraordinaria realidad de esa llegada en plenitud y autenticidad vitales siendo muy capaz de representar como buen artista lo esencial de la mente. Y quizá lo mas esencial sea esa geoda central trasera que además sobresale quedando  fuera de la anatomía física craneal que debería haber tallado hacia dentro desde la nuca donde comienza la geoda.

Han magnificado esta geoda (Fig.7) de forma tan sobresaliente para representar esa experiencia tempiterna  allí donde la  sitúa la sabiduría oriental, , detrás del mundo  fenoménico  y detrás e incluso fuera del cerebro mismo  ese fondo de la vacuidad,  de no mundo ni circunstancia, de no mente ni pensamiento como realidad del ser, solo conciencia, verdad primordial tan buscada y nombrada  por el Zen en el dominio de la mente. La geoda oval  aparece aquí ocupando un espacio físico  para llamar la atención como todo símbolo sobre lo que  esconde de si mismo: ese fondo de la conciencia, realidad esencial tras la desidentificación con las cosas y el desapego  de los sentidos. 

La geoda es el crisol que irradia  en silencioso vacío  la pura conciencia de aquella  vivencia ancestral tempiterna . En esta geoda sobresale en la parte superior un material distinto que parece hecho de pequeñas huevas fundidas e irradiantes que rebosan la geoda para soldar esa unidad imperecedera de origen; Debajo rodeando la mayor parte de la geoda aparece una franja blanca hecha expresamente a base de limpiar las huellas del fuego corroborando una correcta interpretación ya que está representando la confluencia de energías, símbolo de iluminación, halo irradiante del ser como esa aureola que rodea detrás de la nuca la imaginería de culto cristiana. Se ha dejado de completar la forma circular por respetar la carga símbólica de su parte superior además de carecer de superficie lisa. 
 Surge  una nueva verificación cuando leo que aparece,sobre los seis chakras tántricos de base como culminación del kundalini, un séptimo chakra situado fuera del cuerpo sobre la coronilla que culmina en la hiperconciencia. La experiencia de lo sagrado y  fenoménico del mundo celeste de Urano y del mundo de la naturaleza en el tríptico terrenal quedan transcendidos en  la llegada y el despertar a  una mente natural, no condicionada,  a un  nivel mental superior de silencio transcendente; el mismo despertar descrito en el Samadhi y el Satori fiel reflejo de la mente de Buda. Se corrobora en esta escultura de 25.500 años la acertada visión de Imanol Bixente situando dentro del preindoeuropeo  cromagnon protovasco, la cuna del tantra. Seguramente esta escultura  sería referente ritual de culto al cráneo, ya nombrado por Leroi Gourant  y como evocación de los ritos de  creación o de iniciación en la magia tántrica .
                                                         
Desde la filología vasca preindoeuropea - lengua hablada en Burgos, según algunos,  hasta  la romanización –  podemos traducir las vascofonías toponímicas  de  ríos, lugares y pueblos en gran parte de Europa. Burgos se traduce cráneo y literalmente arriba de la cabeza. Bur viene de buru cabeza y go  arriba.

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